En el año 2000, el artista Eduardo Kac -junto a un equipo de científicos- creó Alba, una coneja transgénica fluorescente verde. Se trata del resultado de la inserción en los genes del animal de la proteína GPF K-9 (Green Fluorescent Protein), aislada de una de las más antiguas y resistentes amebas del océano Pacífico, Aequorea Victoria, que emite una luz verde brillante cuando se la expone a la luz UV o luz azul.
Inmediatamente después, el artista vuelve a intervenir el campo del BioArt con la instalación The Eighth Day (2000-2001) donde simula un sistema ecológico artificial habitado por formas de vida transgénicas y un biobot (un robot que posee un elemento biológico activo, es decir, una colonia de amebas-GFP que actúan como células cerebrales).
Inmerso dentro de una cúpula de vidrio (plexiglas) de 1,20 m. de diámetro, ese mundo nuevo creado artificialmente, permite visualizar criaturas bioluminiscentes como plantas, amebas, peces y roedores. Como sucedió con Alba, estos organismos sufrieron alteraciones en su código genético mediante la introducción del gen responsable de la producción de la proteína verde fluorescente antes mencionada.
A través de la Web, los internautas pueden sumergirse en ese ecosistema transgénico a través de los ojos del biobot.
Me interesa pensar el título de la obra El octavo día. Sin duda un llamado al mito creacional bíblico. Una forma de acceder a lo divino a través del arte? el arte como impulso creador? El octavo día no inhabilita lo sucedido en los 7 días anteriores. No arremete contra nada. Acaso sólo plantea una idea futurista, nuevas formas de vida y creación.
Dice Kac sobre el arte transgénico:
«Transgenic art is a new art form based on the use of genetic engineering to transfer natural or synthetic genes to an organism, to create unique living beings. This must be done with great care, with acknowledgment of the complex issues thus raised and, above all, with a commitment to respect, nurture, and love the life thus created.»
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