Hacia la verde Ítaca, vía Google Earth. Sobre la promesa de la Realidad Aumentada

Es increíble cómo los cambios socioculturales promovidos por los avances tecnológicos despiertan siempre posiciones antagónicas; o fervientemente reaccionarias o desmedidamente optimistas. Las ya conocidas categorías “apocalípticos” e “integrados” acuñadas por Umberto Eco en 1965 siguen vigentes a la hora de evaluar el impacto de las nuevas tecnologías en la cognición y los procesos de aprendizaje.

Si bien en un principio Eco utilizó dicha terminología para referirse a los pesimistas que calificaban la cultura de masas de “anticultura” y a los optimistas integrados (quienes creían que la televisión era el gran medio de difusión de la cultura y de creación de nuevas formas de conocimiento), por tratarse de una caracterización polar recobra fuerza interpretativa cada vez que aparece alguna innovación relevante en occidente.

Dos artículos publicados en los últimos años volvieron a sacar a la luz la polaridad existente en el debate que pondera el libro sobre Internet – y los dispositivos tecnológicos en general- o viceversa, en los entornos de aprendizaje. Por un lado,  “Is Google making us stupid?[1]”, de Nicholas Carr (“¿Google nos está volviendo estúpidos?”, TheAtlantic.com, julio de 2008) y por el otro, “How is Google making us smarter?[2]”, de Carl Zimmer (“¿Cómo Google nos está haciendo más inteligentes?” DicoverMagazine.com, febrero de 2009).

En el primero, sin disimular su nostalgia por la cultura del libro, Carr afirma que Internet ha erosionado nuestra capacidad para leer y comprender textos largos, que la atención fragmentada y el multitasking operan en detrimento del aprendizaje, que hemos perdido la memoria y la profundidad de los pensamientos. Para él, los mensajes de texto (SMS) nos hacen cada vez más analfabetos, los blogs nos convierte en seres ordinarios y Youtube nos vuelve superficiales. Carr advierte que Internet está dañando nuestros cerebros: “A medida que confiamos en las computadoras para mediar con nuestro entendimiento del mundo, nuestra propia inteligencia va quedando aplastada por la inteligencia artificial”.

Desde la vereda de enfrente y como respuesta directa al artículo de Carr, Zimmer indica que los seres humanos somos “cyborgs por naturaleza” y que Internet no sólo no nos embrutece sino que además es nuestra gran “mente expandida”.

Zimmer cita al especialista en lingüística  David Crystal para demostrar que muchas de las advertencias en torno al uso del celular son «leyendas urbanas». «Escribir mensajes de texto no desemboca en mala ortografía, – afirma Crystal -, de hecho mejora la alfabetización dado que permite ejercitar la lectura y la escritura».

Para el autor de How is Google making us smarter? las advertencias antitecnología que promueven divulgadores como Carr se basan en equívocos acerca del real funcionamiento de la mente. «Tendemos a pensar en la mente como algo separado del mundo», dice Zimmer para explicar que es un error creer que la información es algo que penetra nuestros sentidos para llegar a una mente aislada que luego convierte esos datos en una detallada imagen de la realidad.

Ni Internet ni el iPhone nos embrutecen, dirá Zimmer. Investigaciones científicas realizadas recientemente proponen que la mente parece estar adaptada para traspasar nuestras cabezas y hacer del mundo, incluidas las máquinas, extensiones de sí misma.

El concepto de la mente extendida fue presentado por primera vez en 1998, en la revista especializada Analysis, por Andy Clark y David Chalmers. Ambos filósofos afirmaron que el entorno desempeña un papel activo en el desarrollo de los procesos cognitivos. La mente no es simplemente el producto de las neuronas cerebrales, encerrada en el cráneo, sino que constituye un sistema formado por el cerebro y su entorno.

La hipótesis de la cognición extendida se sustenta en la idea de que ciertos procesos cognitivos pueden realizarse recurriendo a elementos internos del cuerpo o, alternativamente, utilizando recursos por fuera del mismo. En general, estos recursos son de tipo representacional, como cuando se utilizan piedras para contar o palabras escritas para almacenar información. Es decir, nuestra mente puede ampliar su alcance gracias a la interacción con elementos externos a ella.

Casi una década más tarde, estas ideas siguen provocando debates. A pesar de que el concepto de mente extendida resultaría extraño, no es tan difícil comprobar empíricamente que uno puede ampliar sus capacidades cognitivas a través del uso de ciertos dispositivos.

Pero, ¿por qué traigo a colación, en forma de chispazos, todas estas ideas? El concepto de mente expandida, desde mi punto de vista,  se toca de lleno con el de Realidad Aumentada, que propone el fin de la batalla entre lo virtual y material/real, y el paso hacia una realidad constituida por la hibridación entre esos dos términos.

El dispositivo Sexto sentido[3], dado a conocer hace muy poco por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), corporiza el prototipo vedette de esta tendencia: un artefacto, creado por el estudiante de doctorado Pranav Mistry, que mapea la realidad física y expande sobre ella información digital obtenida a través de la Red. Así, la información del mundo real se vuelve interactiva y digital.

La Realidad Aumentada nos permitirá actuar físicamente sobre la información. Como decía Carlos Scolari el otro día en un conocido programa de radio español, «la mejor interfaz es la que desaparece». ¿Y qué decir entonces de la realidad aumentada?

En el campo Mobile, el educativo y hasta el editorial la realidad aumentada sería la verde Ítaca a la que queremos llegar después de una complicada Odisea de enfrentamientos entre apocalípticos e integrados, nostálgicos analógicos y digitalistas radicales. Nokia difundió recientemente un video en el cual da cuenta de cómo serán sus celulares, servicios y aplicaciones hacia 2015. El clip permite ver con claridad que la realidad aumentada será la clave de todas las aplicaciones, de todos los conceptos de interfaz que vendrán.

En su edición de noviembre de 2009, Esquire propuso otra excelente muestra de lo emocionante que puede ser el matrimonio entre el papel y lo digital, el texto y el audiovisual, al poner en diálogo las páginas de la revista con contenidos interactivos a través de una aplicación de realidad aumentada. Finalmente, el colectivo español Zemos98 dedicó este año todo un simposio al concepto de Educación Expandida: aprendizaje ubicuo, convergencia, inteligencia colectiva e hibridaciones de soportes y formatos.

¿Tiene sentido, entonces, seguir oponiendo los términos analógico/real versus digital/virtual, texto versus audiovisual?  En el plano de lo práctico se reafirma de esta manera la importancia de lograr hibridaciones de soportes y lenguajes; en el plano de lo teórico, una integración crítica. Por un lado, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) son realidades insoslayables en la cultura actual. Por el otro, sería demasiado inocente esperar todo de ellas como si en un gesto mesiánico hubieran aparecido para resolver milagrosamente nuestros problemas educativos y socioculturales. Sin embargo, no se puede negar su importancia como alentadoras de la creatividad, movilizadoras de una cantidad de información que, incluso con ciertas restricciones, supera las posibilidades de acceso y asimilación por parte de los usuarios.

Por último, la integración crítica a la que me refiero no sólo evitaría caer en maniqueísmos y simplismos tan típicos de los extremistas, sino que permitiría construir nuevas experiencias en las que se amalgame lo mejor de cada soporte, modelo y lenguaje. Sin duda, el remix, método tan en boga en la cibercultura, se consolida como la barcaza más sólida para trazar nuevos recorridos entre los signos de un rizoma donde no hay rupturas sino interconexiones.


[1] Artículo disponible en http://www.theatlantic.com/doc/200807/google

[2] Disponible en http://discovermagazine.com/2009/feb/15-how-google-is-making-us-smarter

[3] Video presentación del dispositivo en el marco de las conferencias TED http://www.youtube.com/watch?v=IfqN7UqA3Bk

7 comentarios en “Hacia la verde Ítaca, vía Google Earth. Sobre la promesa de la Realidad Aumentada

  1. […] Sobre la promesa de la Realidad Aumentada – El concepto de la mente extendida fue presentado por primera vez en 1998, en la revista especializada Analysis, por Andy Clark y David Chalmers. Ambos filósofos afirmaron que el entorno desempeña un papel activo en el desarrollo de los procesos cognitivos. La mente no es simplemente el producto de las neuronas cerebrales, encerrada en el cráneo, sino que constituye un sistema formado por el cerebro y su entorno. […]

  2. excelente la nota. pero q hay de la cuestiòn de contenidos. comparto la idea de que la utilizaciòn de los dispositivos tecnològicos y redes amplian la capacidad conginicitiva, pero en tanto estos sean descubiertos y utilizados adecuadamente. A qui aparece la dificultad, no hay en las redes, por su naturaleza, mas liderazgos culturales que aquellos impuestos por la marketing de las corporaciones y zafar de ellos aparece imposible en cuanto constituyen el consumo central.
    me toca de cerca, mis tres pequeños hijos, nacidos en la era digital y algunas otras personas mayores que conozco, consumen banalmente internet, facebbok, dispositivos de enorme popularidad y que resultan nada desafiantes intelectualmente, de alli las dudas.
    saludos

  3. buen artículo! realmente tanta tecnología al final más que facilitarnos la vida nos está haciendo tontos. realmente se desarrollarán aplicaciones tan útiles sin las que no podremos vivir como nos están prometiendo o al final todo quedará en más cosas como lo de http://www.aumentados.es, que muy bonito todo, sí, pero utilidad…

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