Geekonomía como el must-read de 2010. Sobre el nuevo trabajo de Hugo Pardo Kuklinski-

Con la reciente publicación del último trabajo del investigador Hugo Pardo Kuklinski, Geekonomía. Un radar para producir en el postdigitalismo, los cibernautas nos hemos quedado sin excusas para decir que no entendemos qué está sucediendo con todas las estructuras que conocíamos hasta el momento.

La publicación, disponible para descarga a través de un sistema de donaciones voluntarias, realiza un clarísimo mapa que permite recorrer con propiedad los cambios que propone el “postdigitalismo”.

Desde el capítulo cero, Pardo dice que todas las tecnologías creadas desde la edad de piedra en adelante han sido significativas para el desarrollo humano y social. De esa manera, comienza un relato que estará marcado por la mesura como contraparte de la fascinación que cada nuevo invento tecnológico tiende a generar entre los más integrados: «Nos comportamos como niños ante el nuevo juguete y olvidamos el que nos seducía un año antes» (2010: 20).

Pardo es un doctor. No sólo porque lo indican las letras Phd antes de su nombre. Es un doctor porque analiza una serie de síntomas para hacer un diagnóstico agudo del presente en lugar de elucubrar teorías fantásticas o hacer futurología.

«El digitalismo ha creado patrones sociales de acceso a la información que han reconfigurando la gestión del conocimiento afectando a: las instituciones educativas; el rol de los distribuidores e intermediarios en la economía, especialmente en la industria cultural; la comunicación de uno a muchos en los medios masivos; una Internet que pasó de ser un portal de información a un medio de comunicación bottom-up, la investigación y comunicación científica; etc. Estos patrones ya se han integrado definitivamente en una sociedad que avanza hacia otra nueva evolución tecnológica que denomino provisoriamente postdigitalismo.» (2010: 22)

Su diagnóstico, entonces, – su «radar para producir»- es una suerte de prescripción que nos permitirá sobrevivir a esa revolución permanente que en esta etapa adquiere el nombre de postdigitalismo.

Como punto de partida, el autor propone separar las aguas para que la receta sea lo más clara posible. Vamos a los términos genéricos: al pan pan y al vino vino. Resulta fundamental estandarizar terminologías y conceptos para que nociones como digital y analógico dejen de referir a un terreno pantanoso:

«Con ánimo de ordenar la confusión, Luca Mari (2000) propone que se acote el término analógico al campo de las leyes de la física y el término digital al campo de las leyes de la información. Así, el panorama se aclara un poco más, pero en cualquier caso no nos libera de la responsabilidad de hablar de un nuevo ciclo postdigital.» (2010:23)

Como el entrepreneur que es, Pardo toma riendas en el asunto porque «Somos actores exclusivos de nuestro tiempo y debemos ser precisos en definirlo, sin pesadas herencias conceptuales del pasado» (2010:24).

«En la economía de la información del siglo xxi todos los flujos son digitales y suceden en Internet. En consecuencia, no habrá una cultura digital, ni tecnologías digitales. Que este texto sirva para alertar al lector sobre este cambio». (2010:25)

«La economía postdigital se define por la ubicuidad de los flujos digitales en las transacciones informacionales» (2010:24).

Una vez aclarado el panorama, el autor hace foco en la figura del geek y su rol protagónico en la economía actual -«Los geeks fueron los actores principales en la construcción de la sociedad digital y continuarán brillando en el postdigitalismo» (2010:25)-. Se retrotrae a la década del ochenta donde la masificación del ordenador personal gesta los primeros hackers y programadores quienes, desde su ostracismo, dan forma a una cultura del trabajo en red, distribuido a través de nodos y colaborativo.

«Se trata de una élite que está rediseñando nuestra percepción del mundo desde hace cuatro décadas. Suelen ser también los más relevantes early adopters de la mayoría de tecnologías y sus principales beta testers. Ellos configuran el mundo en el que viven según sus necesidades.» (2010:25)

Treinta años después, los geeks se han convertido en «los escribas del mundo»:

«(…) rediseñan la economía convirtiéndola en geekonomía. (…) son ellos quienes configuran los formatos de nuestras relaciones personales», a la vez que son «capaces de crear los instrumentos que utilizan, o apropiarse de manera especial de los ya creados. Ellos configuran y la sociedad consume. Al comienzo del nuevo siglo, son los geeks quienes están al frente del capitalismo».(2010: 26, 27)

De la mano de la labor del geek, cambian los patrones de consumo, producción y distribución; cambian las nociones de control y poder; los formatos y los contenidos. La burocracia  cede su lugar de poder a una netocracia -los emprendedores web, los diseñadores de interfaces y los programadores- que opera sobre la base de otras lógicas: las fronteras y disciplinas se disuelven y la red descentralizada se impone a los verticalismos y a los sistemas cerrados.

«Los netócratas trabajan en la geekonomía contribuyendo con sus redes a la creación de un caos espontáneo emergente que infravalora aún más a la democracia representativa y a sus burócratas». (2010: 28)

En este sentido, Pardo explica de qué manera conceptos como multitudes inteligentes (Rheingold, 2002), inteligencia colectiva (Lévy) y ciberactivismo vienen a escamotear las antiguas mecánicas de la administración pública, de la política, los medios, las industrias culturales y la educación.

Una vez definidos los conceptos de postdigitalismo y geekonomía, el autor -ahora geekónomo- ordena su receta a lo largo de cinco capítulos que harán foco en: 1- los buzzwords y conceptos macro de la geekonomía, 2- nuevas formas de intermediación: los open access journals, 3- la geografía cambiante de la Web 2.o, 4- la crisis de la universidad en el postdigitalismo y 5- el discruso de la innovación y el desarrollo.

Cambio de hábito

Para comenzar, el capítulo uno aborda tres de los grandes cambios que está sufriendo la economía de la información. Transformaciones que afectan a la industria cultural, a las relaciones laborales y personales y a la gestión del conocimiento social en la Red. Estos cambios comparten una matriz: la reconfiguración de viejos formatos, la aparición de nuevas lógicas narrativas e industriales y la existencia de nuevos paradigmas relacionales.

El capítulo hace foco en tres ejes temáticos fundamentales para comprender la economía actual y los procesos creativos en el seno de la cibercultura: la caducidad del copyright y problema del «pirateo», el cloud computing como la memoria ubicua de la sociedad y la identidad distribuida en las me-spheres.

Destaco de este pasaje la posición de Pardo en contra de la satanización de todo una generación de usuarios señalada como delincuente o pirata en pos de una redefinición de los conceptos de autoría, propiedad y distribución que posibilitan licencias alternativas al copyright (Creative Commons, CopyLeft, por ejemplo.)

«En la economía basada en bits el problema que tienen los distribuidores tradicionales no se resuelve con juicios a los usuarios, sino con estrategias innovadoras en las prácticas de distribución e intermediación». (2010: 42)

Cultura Remix (Lessig, 2008), Do it yourself (Kelly, 2009; Sunstein, 2006) e inteligencia colectiva adquieren valor particular en esta parte del libro. El autor propone una mirada renovadora que deja de lado las estigmatizaciones y la angustia por aquellos modelos que quedaron obsoletos. Novedosos planes de negocio y lógicas innovadoras son la única posibilidad exitosa en el marco de ese debate.

Finalmente, y para concluir este caprichoso recorrido personal por el libro, hago una breve referencia a otro de los temas tratados que particularmente me interesa: la necesidad de replantear las universidades, expuesta en el capítulo 4. La innovación y la creatividad deben expandirse a lo largo y ancho de la currícula académica, algunos preceptos de la ética hacker (Himanen, 2002) y sus lógicas de producción deben ser adoptadas por los ámbitos educativos formales.

Docentes y alumnos tendrían que «aprender a olvidar lo irrelevante«, construir un currículum personalizado en la Red, aprender a contar historias transmediáticas, fomentar la cultura del remix, pasar de la queja a la ética del esfuerzo, no temer al conocimiento volátil, incorporar el aprendizaje colaborativo y construirse a sí mismos como nómadas.

Last but not least, considero que las ideas centrales de cada capítulo, los recursos relacionados propuestos por el autor, las infografías disponibles en la web del libro y el arsenal multiformato (videos, tweets, posts, gráficos, etc) convierten a Geekonomía en un producto acorde a los principios de la Geekonomía. No se trata sólo de un libro, la propuesta de Pardo es transmedia storytelling en tiempos de postdigitalismo.

6 comentarios en “Geekonomía como el must-read de 2010. Sobre el nuevo trabajo de Hugo Pardo Kuklinski-

    1. cari, tus comentarios son siempre bienvenidos!! espero que leas el libro y pases a contarnos qué onda x transmedia! ;)

    1. Roberto, gracias por el mensaje! sería genial que escribieras un addendum cuando termines de leerlo agregando lo que creas pertinente! te prendes?
      un beso, m.

  1. Interesenta reseña del libro de Pardo.Me ayudo a entender mejor ,algunos de los capìtulos por su simple y clara exposiciòn. Gracias

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